Debemos reconocer que el Estado Mexicano tiene una deuda histórica en esta materia. Las desapariciones forzadas en México se remontan a la segunda mitad del siglo pasado, particularmente en la llamada “guerra sucia”. Este periodo se caracterizó por la represión ejercida por el gobierno para destruir la guerrilla y apagar movimientos sociales que cuestionaban la actuación de gobierno.