Por: Eréndira León Salvador
Introducción 
El subtítulo de la Minima Moralia es Reflexiones de la vida dañada. Aquí el concepto de “vida” es equívoco, este subtítulo está ciertamente pensado como el destino contemporáneo y la versión irónica de lo que alguna vez había sido tomado como un verdadero campo de la filosofía, “la enseñanza de la vida buena”. Afirmar que nuestra vida ética está dañada es decir que una vida buena ya no es posible, de ahí que ahora toda filosofía sólo puede estudiar el daño, leer las ruinas de la vida ética como la expresión negativa de lo que ha sido perdido o aquello que buscamos o podemos esperar. Adorno concibe la Minima Moralia, como la “ciencia melancólica” (Traurige Wissenschaft) en contraposición a la Gaya ciencia de Nietzsche (fröhliche Wissenschaft). El leitmotiv dominante en esta obra, es el título mismo como una inversión a la obra de Aristóteles, Magna Moralia, es la condición de daño. Así la segunda parte correspondiente a 1945 comienza con el epígrafe citando a F.H. Bradley:
“Donde todo es malo/ debe ser bueno/ conocer lo peor”, que al concluir esta parte con el último aforismo cobrará sentido y entonces, se comprenderá su propósito.
Desarrollo
Hay que recordar que muchas veces, cuando Adorno utiliza el concepto de “Mónada” es porque lo ha tomado del pensamiento de Walter Benjamin donde cada fenómeno, sería así como una mónada que contiene una particularidad propia, pero que a la vez, es una imagen del mundo que le rodea de la constelación. Para Adorno, la individuación es un producto de las formas de la economía política donde la cosificación del hombre deviene de la decadencia de la “tendencia social” que lo aliena de manera directamente proporcional en tanto que lo individua; por ello es que hace una crítica a aquellos—individualistas como Huxley y Jaspers– que, “al creer hacer una crítica del individuo por su vaciedad mecánica y su debilidad neurótica” hacen más bien una apología del principium indivuationis pues le dan al individuo más un estatus de víctima que de un individuo moral responsable, ya que para él, “como media verdad, su polémica ya es entera falsedad.”
Continuando con el objetivo de la Dialéctica de la Ilustración, exhibe una vez más la paradoja de ésta misma, donde el hombre en busca de la emancipación a través del camino de la individuación, se vuelve más inhumano. Utilizando el recurso historicista, Adorno cita a Jacob Burkhardt en cuanto a cómo existe una relación directa entre la popularidad de la individualidad en la Grecia Helenística con la decadencia objetiva de la polis, de esta manera, encontramos una vez más, la contradicción; donde la búsqueda constante de la individuación pone en peligro al individuo mismo, ésta reflexión hace notar la problemática de los Estados Fascistas y Totalitarios. Para el autor, la constante individuación del hombre en la sociedad degenera y pervierte todas las esferas de la vida. La mónada se encuentra así, sin refugio alguno que le brinde saciedad ya que, la “libertad frente a la sociedad le priva de la fuerza para ser libre.” De esta manera, considerar al individuo como algo absoluto es una mera abstracción en la cual todo contenido está ausente, y por ello es disuelto en la masa y convertido en un mero objeto social.
Recordando la descripción y la función para la cual la Dialéctica Negativa fue propuesta en cuestión de lo no-idéntico; el pensamiento en contradicción que se hace en la filosofía está dado por la sociedad misma. La sociedad navega en antagonismos fundamentales, que, de acuerdo con el principio de cambio, son cubiertos por el pensamiento identitatario. La única forma según la que se pueden exponer dichos antagonismos y por ello encontrar una posible resolución, es pensar en contra del pensamiento, es decir, en contradicciones. En esta forma, la “contradicción” no puede ser adscrita solo al pensamiento o a la realidad, es más bien, una categoría de la reflexión (Reflexionskategorie), dándonos una confrontación del pensamiento entre concepto y entre el sujeto material u objeto (Sache)
A pesar de que Adorno piensa que la Dialéctica es el método por el cual se pueden entender las contradicciones (aunque no pueden ser superadas como es en el caso hegeliano), sabe que podemos encontrar problemas al enfrentarnos a este proceso y es que “la astucia de la razón es capaz de imponerse aún a la propia dialéctica”, en este sentido, la propia utilización de la racionalidad de dominio por la búsqueda de fines por medios representa un peligro y es por ello que se debe atender también al historicismo. Ejemplificando, Adorno habla sobre el clásico cuento infantil alemán Stuwwelpeter, en el cual, la enseñanza moral representa más el progreso histórico de una manera metafórica que aquellas obras que buscan ser serias con ello en tanto que representa aquello que escapa a la Teoría Crítica en su metodología.
El Legado del cual Adorno habla es, en realidad, aquel que ha dejado el pensamiento de Benjamin en cuanto a la tarea filosófica de hacer los contenidos inteligibles por medio de los sucesos históricos que no son directamente escritos pues, la historia no sólo se encuentra escrita por el vencedor a lo que Adorno añadiría que, “el conocimiento tiene sin duda que reproducir la desdichada linealidad de la sucesión de victoria y derrota, pero al mismo tiempo debe volver hacia lo que en esta dinámica no ha intervenido, quedando al borde del camino, los materiales de desecho y los puntos ciegos que se le escapan a la dialéctica” y pensar así, como Bejamin, “de forma a la vez dialéctica y no dialéctica.”
Al considerar los cuatro aforismos que se analizan aquí, es éste quizás el que mejor representa el pensamiento de Adorno sobre la individualización y su estricta relación con el fetichismo de la Autenticidad (Echtheit). Al ya no quedar nada después de la destrucción de los valores que se tenían, representa una de las crisis sociales pues se busca continuamente un reemplazo, dicho en sus palabras: “Cuando nada hay ya de obligatorio que exigir del hombre, por lo menos que éste sea íntegramente lo que es(Es lo que se demanda) ”, pero pensarlo así es una abstracción total carente de sentido, se vuelve una glorificación de la facticidad donde una de las más grandes consecuencias se encuentra en el fascismo, pues la búsqueda constante de la misma, se convierte en ideología. Adorno en su pensamiento dialéctico encuentra la contradicción básica en que, el individuo que busca ser “original” pues en su individualidad quiere algo de “auténtico”, es decir, algo que los distinga de los otros individuos con los que convive en el ámbito de lo público—como en el ejemplo de la jerga del uso del alemán de Heidegger y Jaspers en La jerga de la autenticidad—representa la sugestión que llevaría a la ideología. En realidad, estos individuos, juegan a “querer ser el otro” y aún así ser uno mismo, es por ello, que hace una crítica a la ética de Kierkegaard donde la búsqueda del individuo en realidad lo sacrifica, “la autenticidad representa el último bastión de la ética individualista en respuesta a la producción industrial en masa”.
Esta constante búsqueda de la individualización por medio de la autenticidad es un engaño que hace al hombre parte del proceso de monetarización de la sociedad burguesa, así, lo auténtico adquiere su valor en oro, donde el valor de sus quilates se convierte en un fetiche. Tanto lo auténtico como su valor son tratados como si fuesen sustrato de la realidad cuando sólo son una relación social “por lo tanto no son en sí, sino por otro”, es otro el que pesa nuestro valor de autenticidad en oro, dependemos del otro en tanto que nos convertimos en nada más que objetos.
Conclusión
Buscar propuestas para lograr el objetivo de una sociedad emancipada (y así trabajar conforme a este fin) por medio del exorcismo de la individualización imperante parece ser que es “tan ilegítima la pregunta como inevitable lo contrariarte y triunfal de la respuesta”, pues “para un Estado que se define en términos de las necesidades humanas, todo lo demás queda de lado de una conducta humana conformada al modelo de la producción como fin en sí.” Es por ello que, incluso la forma en la cual se busca esta respuesta ya es una contradicción pues se busca por medio de una razón instrumental con arreglo a fines donde la pregunta misma se busca en aras del pensamiento burgués del fetichismo de la mercancía. Parece ahí que podemos recordar la problemática del ejercicio dialéctico en el cual a veces no se puede escapar de la astucia de la razón.
Adorno concluye que “quizá la verdadera sociedad llegue a hartarse del desarrollo y deje, por pura libertad, sin aprovechar algunas posibilidades en lugar de pretender alcanzar tan desvariado ímpetu, ignotas estrellas.”
Puede parecer que el diagnóstico sobre la situación social que hace Adorno en cuanto a la imperante individualización es pesimista, pero es en realidad lo más realista y aunque las vías de emancipación que él considera posibles se den por medio de la creación de obras de arte, quizás para los efectos en cuestión ética-política representa en hacer esta transparencia como el “agua” clara y cristalina de las contradicciones que él hace inteligibles, recordando aquella cita de la Educación para la Emancipación: “Cualquier posible debate sobre ideales educativos resulta vano e indiferente en comparación con esto: que Auschwitz no se repita.” Por ello es necesario según el epígrafe, saber lo peor, de esta manera no dejaremos que una catástrofe como esa se repita, atendiendo a la historicidad pertinente.
Bibliografía Consultada
ADORNO, Theodor W.. (1970). Dialéctica Negativa/ La jerga de la autenticidad. Madrid: Akal.
ADORNO, Theodor W.. (1970). Educación después de Auschwitz. En Educación para la Emancipación (12). Madrid: Morata.
ADORNO, Theodor W.. (1951). Minima Moralia: Reflexiones desde la vida dañada. Madrid: Taurus.
BARAHONA ARRIAZA, Esther. (2006). Categorías y modelos en la Dialéctica negativa de Th. W. Adorno: crítica al pensamiento idéntico. LOGOS. Anales del Seminario de Metafísica, 39, p. 225.
BERNSTEIN, J.M. (2001). Adorno: Disenchanment and Ethics. Cambridge: Cambridge University Press
GONZÁLEZ, Begoña. (2006). Odiseo o el Sujeto Libre: El concepto de identidad en Th. W. Adorno. Nómadas, 13, 1-13.
HUHN, Tom. (2004). The Cambridge Companion to Adorno. Cabridge: Cambridge University Press.
JOY, Martin. (1988). Adorno. Madrid: Siglo Veintiuno.
ZAMORA, José. (2003). Th. W. Adorno y la aniquilación del individuo. ISEGORÍA, 28, 231-243.
ZAMORA, José. (1997). Th. W. Adorno y la praxis necesaria. Prelegómenos a una propuesta de ética negativa. Enrahonar, 28, 23-32.
Zuidervaart, Lambert, "Theodor W. Adorno", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Winter 2015 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL: http://plato.stanford.edu/archives/win2015/entries/adorno/ Revisada Octubre 03, 2016.